En una etapa muy temprana de mi aprendizaje, Don Juan declaro que la meta de sus enseñanzas es “enseñar” como llegar a ser un hombre de conocimiento. Uso tal declaración como punto de partida. Es obvio que convertirme en hombre de conocimiento es una meta. Y no menos obvio que cada parte de las enseñanzas de Don Juan esta destinada a cumplir ese propósito en una forma u otra.
Los siguientes seis conceptos son temas. Corren a lo largo de las enseñanzas, determinando el carácter de todo el conocimiento de Don Juan. Todo lo que enseña está imbuido de las características especificas de cada uno de los seis temas. Juntos configuran el concepto “hombre de conocimiento” como manera de comportarse, forma de conducta que es resultado final de un entrenamiento largo y azaroso.
1) Llegar a ser hombre de conocimiento es asunto de aprendizaje.
Aprender es la única forma posible de llegar a ser hombre de conocimiento, y lleva implícito el acto de realizar un esfuerzo decidido por alcanzar un fin. Llegar a ser hombre de conocimiento es el resultado final de un proceso, no una adquisición inmediata a través de un acto de gracia o de dadivas otorgadas por poderes sobrenaturales.
No hay requisitos declarados que determinen quien esta, o quien no, calificado para aprender a convertirse en hombre de conocimiento. La tarea se halla abierta a todo el que desea emprenderla.
Cualquier maestro selecciona a sus aprendices presentándoles algunos requisitos encubiertos. Nunca se formaliza la naturaleza especifica de esos requisitos; Don Juan insinua que al observar a un presunto aprendiz hay que tomar en cuenta ciertos indicios, los cuales revelan si el candidato posee cierta disposición de carácter que Don Juan llama, intención rígida.
La decisión final de quien puede llegar a ser hombre de conocimiento se deja a un poder impersonal que es conocido para Don Juan pero se halla fuera del ámbito de su voluntad. Se acredita al poder impersonal el acto de señalar a la persona adecuada permitiéndole realizar una hazaña de naturaleza extraordinaria, o creando un conjunto de circunstancias peculiares en torno a esa persona
El hombre señalado de esa manera se convierte en el aprendiz. Don Juan lo llama “el escogido”. Pero ser el escogido significa mas que ser un simple aprendiz. Un escogido por el mero hecho de haber sido seleccionado por un poder, es ya considerado distinto de los hombres comunes. Se le considera ya recipiente de una minima cantidad de poder, la cual se acrecentar con el aprendizaje.
El aprendizaje es un proceso de búsqueda interminable, el poder responsable de la primer decisión, o un poder similar, toma decisiones semejantes con respecto al asunto de si un escogido puede continuar aprendiendo o si es derrotado. Esas decisiones se manifiestan por medio de augurios que ocurren en cualquier punto de las enseñanzas. Cualesquiera circunstancias peculiares en torno a un aprendiz se consideran augurios.
2) Un hombre de conocimiento posee intención rígida.
Significa tener la voluntad de ejecutar un procedimiento necesario manteniéndose en todo momento, rígidamente, dentro de los limites del conocimiento que se imparte. Un hombre de conocimiento elige voluntad estricta para soportar la cualidad obligatoria que todo acto posee cuando se ejecuta en el contexto de su conocimiento.
La cualidad obligatoria de todos los actos realizados en tal contexto, y el que sean inflexibles y predeterminados, es sin duda desagradable para cualquier hombre, razón por la que se busca un mínimo de intención rígida como único requisito encubierto necesario para cualquier presunto aprendiz.
Un hombre de conocimiento elige ser moderado porque la mayoría de los actos obligatorios tratan con instancias o elementos que están fuera de los limites de la vida cotidiana, o bien no son habituales en la actividad ordinaria, y el hombre que elige actuar de acuerdo a ellos, elige un esfuerzo extraordinario cada vez que actua. Yo solo puedo ser capaz de tal esfuerzo extraordinario siendo parco en cualquier otra actividad que no trate directamente con estas acciones predeterminadas.
Como todos los actos son obligatorios y estan prefijados, un hombre de conocimiento elige rectitud de juicio. Este concepto no implica sentido común, pero si la capacidad de evaluar las circunstancias en torno a cualquier elección para actuar.
Siendo todos los actos preestablecidos y obligatorios, llevarlos acabo significa falta de libertad para innovar. El sistema usado por Don Juan para impartir conocimiento se halla tan bien establecido que no hay posibilidad de alterarlo en forma alguna.
3) Un hombre de conocimiento posee claridad de mente.
El hecho de que todos los actos estén predeterminados significa que mi orientación dentro del conocimiento que se imparte esta igualmente prefijada; en consecuencia, la claridad de mente aporta solo un sentido de dirección. Reafirma continuamente la valides del curso emprendido.
Yo tengo libertad para buscar un camino. Estar en libertad de elegir no es contradictorio de la carencia de libertad para innovar. La libertad de buscar un camino se refiere a la de escoger entre diferentes posibilidades de acción igualmente efectivas y practicables. El criterio para elegir es la ventaja de una posibilidad sobre las otras, basándose en la propia preferencia. De hecho, la libertad de escoger un camino ofrece un sentido de dirección por medio de la expresión de inclinaciones personales.
También se crea sentido de dirección mediante la idea de que hay un propósito especifico para cada acción a realizar en el contexto del conocimiento que se imparte. Por tanto, un hombre de conocimiento elige claridad de mente para hermanar sus propias razones especificas de actuar y el propósito especifico de cada acción. El conocimiento del propósito especifico de cada acción es la guía usada para juzgar las características en torno a cualquier elección para actuar.
Para fortalecer la ejecución de sus acciones obligatorias, un hombre de conocimiento elige reunir todos los recursos que las enseñanzas han puesto a su disposición. Esta es la idea de ser fluido. Crea un sentido de dirección dándome el sentimiento de ser maleable e inventivo. La calidad obligatoria de todos los actos infunde un sentido de rigidez o esterilidad de no ser por la idea de que un hombre de conocimiento elige ser fluido.
4) llegar a ser un hombre de conocimiento es asunto de labor esforzada.
Un hombre de conocimiento elige tener, o desarrollar en el curso de su preparación, una capacidad muy amplia para el esfuerzo. Don Juan afirma que convertirse en hombre de conocimiento es una cuestión de labor esforzada.
Un hombre de conocimiento elige esfuerzo dramático. Tomando como ejemplo la conducta de Don Juan, a primera vista parece que el esfuerzo dramático es solo debido a su carácter. Pero su esfuerzo dramático siempre es mucho mas que actuación; es mas bien un profundo estado de fe a través del esfuerzo dramático, Don Juan da la peculiar característica de definitivos a todos los actos que ejecuta. Así, en consecuencia sus actos se ubican en un escenario donde la muerte es uno de los protagonistas principales. La muerte es una posibilidad real en el curso del aprendizaje, a causa de la naturaleza peligrosa de los elementos que un hombre de conocimiento maneja; entonces, resulta lógico que el esfuerzo dramático creado por la convicción de que la muerte es un actor siempre presente en todas partes, es mucho mas que exageración.
El esfuerzo se vincula no solo con el drama, sino también con la necesidad de eficacia. Elijo que mi esfuerzo sea efectivo; que posea, la cualidad de estar canalizado en forma adecuada. La idea de la muerte amenazante crea no solo el drama necesario para el hincapié general, sino también la convicción de que, si mi esfuerzo no cumple los requisitos de ser eficaz sobrevendrá el aniquilamiento.
El esfuerzo también se vincula a la idea del desafío, es decir, el acto de probar y comprobar que yo soy capaz de realizar un acto adecuado dentro de los rigurosos limites del conocimiento que se imparte.
5) Un hombre de conocimiento es un guerrero.
La idea de ser un guerrero, viviendo una vida de guerrero, me proporciona los medios para alcanzar estabilidad emotiva. La idea de un hombre en guerra comprende cuatro conceptos: 1) un hombre de conocimiento elige tener respeto, 2) elige tener miedo, 3) elige estar bien despierto y 4) elige confiar en si mismo. Ser guerrero es una forma de autodisciplina que subraya el logro individual, es una postura en la cual los intereses personales se reducen a un mínimo pues en la mayoría de los casos el interés personal resulta incompatible con el rigor necesario para ejecutar cualquier acto obligatorio prefijado.
En su papel de guerrero, un hombre de conocimiento esta obligado a sostener una actitud de miramiento amable hacia los elementos con que trata; elige imbuir de profundo respeto todo lo relacionado con su conocimiento a fin de colocarlo en una perspectiva apropiada. Tener respeto equivale a haber evaluado los propios recursos insignificantes de encarar lo Desconocido.
La idea de respeto se extiende, lógicamente, para incluirme a mi mismo, pues yo soy igual de desconocido que lo Desconocido en si.
Otro requerimiento de la vida de guerrero es el de experimentar, y evaluar cuidadosamente, la sensación del miedo. Pese al miedo yo elijo seguir el curso de las propias acciones. El miedo se conquista y, en determinado punto en la vida de un hombre de conocimiento, queda derrotado, pero antes hay que ser conciente de tener miedo y evaluar con propiedad esa sensación. Don Juan afirma que solo enfrentándome al miedo puedo yo conquistarlo.
Como guerrero, un hombre de conocimiento elige estar bien despierto. Un hombre en guerra elige vivir alerta para tener conocimiento de la mayoría de los factores pertinentes a los dos aspectos obligados de la conciencia; la conciencia de intención y la conciencia del flujo esperado.
La conciencia de intención es el acto de tener conocimiento de los factores implícitos en la relación entre el propósito especifico de cualquier acto obligatorio y el propósito especifico de mi mismo al actuar. Como todos los actos obligatorios tienen un propósito definido, un hombre de conocimiento elige estar bien despierto; es decir, elige ser capaz en todo momento de hermanar el propósito definido de cada acto obligatorio con la razón definida en la que el piensa para elegir actuar.
Al estar conciente de aquella relación, un hombre de conocimiento puede percibir racionalmente lo que se cree el flujo esperado. Lo que he llamado aquí “conciencia del flujo esperado” se refiere a la certeza de que soy capaz de percibir en todo momento las importantes variables involucradas en la relación entre el propósito especifico de cada acto y el motivo especifico de mi mismo para actuar. Estando conciente del flujo esperado yo advierto los cambios mas sutiles. Esa deliberada conciencia de los cambios explica el reconocimiento y la interpretación de augurios y de otros hechos fuera de lo ordinario.
El ultimo aspecto de la conducta de un guerrero es la elección de confiar en mi mismo, es decir, la seguridad de que el propósito especifico del acto que yo elijo realizar es el único camino posible para las propias razones especificas de actuar. Sin confianza en mi mismo, yo soy incapaz de cumplir uno de los aspectos mas importantes de las enseñanzas: la capacidad de reclamar el conocimiento como poder.
6) llegar a ser hombre de conocimiento es un proceso incesante.
Ser hombre de conocimiento no es una condición que involucre permanencia. Nunca hay la certeza de que llevando acabo los pasos predeterminados del conocimiento que se imparte, yo me convierta en hombre de conocimiento. Así, convertirme en hombre de conocimiento es una tarea que no puede lograrse verdaderamente, mas bien se trata de un proceso incesante.
La renovación constante de la empresa de llegar a ser hombre de conocimiento esta expresada en el tema de los cuatro enemigos simbólicos hallados en el camino del aprendizaje: el miedo, la claridad, el poder y la vejez. Renovar la empresa significa ganar y conservar mi dominio. Un verdadero hombre de conocimiento elije batallar contra cada uno de los cuatro enemigos, en sucesión, hasta el ultimo instante de su vida, para seguir participando activamente en hacerse hombre de conocimiento. Sin embargo pese a la autentica renovación de la empresa, las probabilidades se hallan inevitablemente en contra del hombre: este sucumbe a su ultimo enemigo simbólico. Tal es la idea de impermanencia.
Compensando el valor negativo de la propia impermanencia hay la idea de que yo elijo seguir el “camino con corazón”. El camino con corazón es un modo metafórico de aseverar que, pese a ser impermanente yo elijo seguir adelante y elijo ser capaz de hallar satisfacción y cumplimiento personal en el acto de escoger la alternativa mas tratable e identificarme por entero con ello.
Don Juan sintetiza la exposición razonada de todo su conocimiento en la metáfora de que lo importante para el, es hallar un camino con corazón y luego recorrer todo su largo. El viaje en si mismo basta; cualquier esperanza de alcanzar una posición permanente se halla fuera de los limites de su conocimiento.
Las enseñanzas de Don Juan de Carlos Castaneda